martes, 4 de septiembre de 2007

Green is the colour


Japhy y yo teníamos un aspecto curioso en el campus con nuestra ropa, y de hecho Japhy era considerado un excéntrico en el campus, cosa bastante habitual en esos sitios donde se considera raro al hombre auténtico; las universidades no son más que lugares donde está una clase media sin ninguna personalidad, que normalmente encuentra su expresión más perfecta en los alrededores del campus con sus hileras de casas de gente acomodada con césped y aparatos de televisión en todas las habitaciones y todos mirando las mismas cosas y pensando lo mismo al mismo tiempo mientras los Japhys del mundo merodean por la espesura para oír la voz de esa espesura, para encontrar el éxtasis de las estrellas, para encontrar el oscuro misterio secreto del origen de esta miserable civilización sin expresión.
-Toda esta gente -decía Japhy- tiene cuartos de baño alicatados de blanco y se llenan de mierda como los osos en el monte, pero toda esa mierda se va por los desagües y nadie piensa en ella y en que su propio origen está en esa mierda y en la algalia y la espuma de la mar. Se pasan el día entero lavándose las manos con jabón perfumado, y desearían comérselo escondidos en el cuarto de baño.

Jack Kerouac, Los vagabundos del Dharma

Lo peculiar de nuestro gran calabozo
es esta especie de terror por el bosque.
La risa nena no podrá
surgir a menos que te subas al árbol.
Luis Alberto Spinetta, Credulidad

miércoles, 22 de agosto de 2007

El tiempo (I)

Me empiezo a dar cuenta poco a poco de que el tiempo no es como una bolsa que se rellena. Quiero decir que aunque cambie el relleno, en la bolsa no cabe más que una cantidad y se acabó. ¿Ves mi valija, Bruno? Caben dos trajes, y dos pares de zapatos. Bueno, ahora imaginate que la vacías y después vas a poner de nuevo los dos trajes y los dos pares de zapatos, y entonces te das cuenta de que solamente caben un traje y un par de zapatos. Pero lo mejor no es eso. Lo mejor es cuando te das cuenta de que puedes meter una tienda entera en la valija, cientos y cientos de trajes, como Jaime mete la música en el tiempo cuando está cantando, a veces…
Julio Cortázar, El perseguidor

domingo, 5 de agosto de 2007

La historia de un fumador de hachís

...al que acaba de fumar hachís, Versalles se le antoja pequeño y la etenidad le sabe a poco. A estas dimensiones colosales que adquieren las vivencias interiores, al tiempo absoluto y al espacio inconmensurable, no tarda en seguirles una sonrisa beatífica, preludio de un humor maravilloso, mayor aún, si cabe, debido a la ilimitada cuestionabilidad de todo lo existente.

Walter Benjamin, Historias y relatos