sábado, 7 de noviembre de 2009

Embestidas

Había dado por fin con el secreto. Había comprendido. Olvida los ángulos rectos, me dije. Piensa en arcos, piensa en trayectorias. No se trataba de subir primero y luego ir hacia adelante. Se trataba de subir e ir hacia adelante al mismo tiempo, de lanzarme en un suave e ininterrumpido gesto a los brazos de la gran nada ambiente.
Paul Auster, Mr. Vértigo

domingo, 10 de mayo de 2009

La percepción

Según las ideas de Bergson, la función del cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales es principalmente eliminativa, no productiva. Cada persona, en cada momento, es capaz de recordar cuanto le ha sucedido y de percibir cuanto está sucediendo en cualquier parte del universo. La función del cerebro y del sistema nervioso es protegernos, impedir que quedemos abrumados y confundidos por esta masa de conocimientos en gran parte inútiles y sin importancia, dejando fuera la mayor parte de lo que de otro modo percibiríamos o recordaríamos en cualquier momento y admitiendo únicamente la muy reducida selección que tiene probabilidades de sernos prácticamente útil.
Conforme a esta teoría, cada uno de nosotros es potencialmente Inteligencia Libre. Pero, en la medida en que somos animales, lo que nos importa es sobrevivir a toda costa. Para que la supervivencia biológica sea posible, la Inteligencia Libre tiene que ser regulada mediante la válvula reducidora del sistema nervioso. Lo que sale por el otro extremo del conducto es un insignificante hilillo de esa clase de conciencia que nos ayudará a seguir con vida. Para formular y expresar el contenido de este reducido conocimiento, el hombre ha inventado e incesantemente elaborado esos sistemas de símbolos y filosofías implícitas que denominamos lenguajes, convirtiéndose en seguida en el beneficiario y la víctima de ellos. Beneficiario en cuanto el lenguaje procura acceso a las acumuladas constancias de la experiencia ajena, y víctima en cuanto lo confirma en la creencia de que ese reducido conocimiento es el único conocimiento, y -en cuanto deja hechizarse su sentido de la realidad- la forma en la que cada cual se inclina demasiado a tomar sus conceptos y palabras por cosas reales.
Los diversos “otros mundos” con los que los seres humanos entran de modo errátil en contacto, son otros tantos elementos de la totalidad del conocimiento perteneciente a la Inteligencia Libre. La mayoría de las personas sólo llegan a conocer, la mayor parte del tiempo, lo que pasa por la válvula reductora y está consagrado como genuinamente real por el lenguaje del lugar. Sin embargo, ciertas personas parecen nacidas con una especie de válvula adicional que permite trampear a la reductora. Hay otras personas que adquieren transitoriamente el mismo poder, sea espontáneamente, sea como resultado de deliberados “ejercicios espirituales”, de la hipnosis o de las drogas. Gracias a estas válvulas auxiliares discurre, no, desde luego, la percepción de “cuanto está sucediendo en todas las partes del universo” -pues la válvula auxiliar no suprime a la reductora, que sigue excluyendo el contenido total de la Inteligencia Libre-, sino algo más -y sobre todo algo diferente del material utilitario- cuidadosamente seleccionado, que nuestras estrechas inteligencias individuales consideran como un cuadro completo, o al menos suficiente, de la realidad.
Aldous Huxley, Las puertas de la percepción

sábado, 28 de marzo de 2009

Jeztzeit

Pues la presencia de ánimo es la quintaesencia de este futuro; captar exactamente lo que está sucediendo en el lapso de un segundo es más decisivo que conocer con antelación futuros remotísimos. Presagios, presentimientos y señales atraviesan día y noche nuestro organismo como series de ondas. Interpretarlas o utilizarlas, esta es la cuestión. Ambas cosas son incompatibles. La cobardía y la pereza aconsejan lo primero, la lucidez y la libertad, lo segundo. (…) Como los rayos ultravioleta, el recuerdo muestra a cada cual, en el libro de la vida, una escritura que, invisible, iba ya glosando el texto a modo de profecía. (…) Transformar la amenaza del futuro en un ahora pleno, este milagro telepático –el único deseable-, es obra de una presencia de ánimo corpórea. Los tiempos primitivos, en los que un comportamiento semejante formaba parte de la economía doméstica del hombre día a día, le ofrecían en el cuerpo desnudo el instrumento más fiable para la adivinación. La Antigüedad conocía aún la verdadera praxis, y es así como Escipión, al pisar suelo de Cartago, da un traspiés y exclama, abriendo desmesuradamente los brazos, la fórmula de la victoria: Teneo te, terra africana! (…) El día yace cada mañana sobre nuestra cama como una camisa recién lavada; el tejido incomparablemente delicado, incomparablemente denso de un vaticinio limpio, nos sienta como de molde. La dicha de las próximas veinticuatro horas dependerá de que sepamos hacerlo nuestro al despertarnos.

Walter Benjamin, Dirección Única

martes, 17 de marzo de 2009

Dignitatem


Siempre se ha sabido que hay lugares y circunstancias en que la dignidad es inoportuna. Uno de estos sitios es el amor. El enamorado puede ser todo menos digno, de la misma manera que es imposible hacer el amor manteniendo la dignidad.

Giorgio Agamben, Lo que resta de Auschwitz

domingo, 8 de marzo de 2009

El tiempo y las ciudades




Aquello que buscaba era siempre algo que estaba delante de él, y aunque
se tratara del pasado era un pasado que cambiaba a medida que él avanzaba en su viaje, porque el pasado del viajero cambia según el itinerario cumplido, no digamos ya el pasado próximo al que cada día que pasa añade un día, sino el pasado más remoto. Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenia: la extrañeza de lo que no eres o no posees más te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos.

Italo Calvino, Las ciudades invisibles

jueves, 5 de marzo de 2009

El procedimiento de la cita

En mi trabajo, las citas son como salteadores de caminos que irrumpen armados y despojan de su convicción al ocioso paseante.


Walter Benjamin, Dirección única

miércoles, 11 de febrero de 2009

No me voy a poner bajo tierra porque alguien me diga que la muerte viene por todos lados


Ha habido rumores de guerra y guerras que ha habido,
el significado de la vida se ha perdido en el viento,
y algunas personas, pensando que el fin está cerca,
en lugar de aprender a vivir están aprendiendo a morir.
Déjenme morir por mis pasos
antes de que sea puesto bajo tierra.


Dejen que beba de las aguas allí donde se desbordan los torrentes montañeses,
dejen que el olor de las flores silvestres fluya libre por mi sangre,
dejen que duerma en las praderas entre las verdes hojas de hierba,
dejen que camine por la autopista en paz con mi hermano.
Déjenme morir por mis pasos
antes de que sea puesto bajo tierra.


Bob Dylan

jueves, 22 de enero de 2009

El tiempo (II)

Hubo un tiempo en el que el tiempo no era sucesión y tránsito, sino manar continuo de un presente fijo, en el que estaban contenidos todos los tiempos, el pasado y el futuro. El hombre, desprendido de esa eternidad en la que todos los tiempos son uno, ha caído en el tiempo cronométrico y se ha convertido en prisionero del reloj, del calendario y de la sucesión. Pues apenas el tiempo se divide en ayer, hoy y mañana, en horas, minutos y segundos, el hombre cesa de ser uno con el tiempo, cesa de coincidir con el fluir de la realidad. Cuando digo "en ese instante", ya pasó el instante. La medición espacial del tiempo separa al hombre de la realidad, que es un continuo presente, y hace fantasmas a todas las presencias en que la realidad se manifiesta, como enseña Bergson.
Si se reflexiona sobre el carácter de estas dos opuestas nociones, se advierte que el tiempo cronométrico es una sucesión homogénea y vacía de toda particularidad. Igual a sí mismo siempre, desdeñoso del placer o del dolor, sólo transcurre. El tiempo mítico, al contrario, no es una sucesión homogénea de cantidades iguales, sino que se halla impregnado de todas las particularidades de nuestra vida: es largo como una eternidad o breve como un soplo, nefasto o propicio, fecundo o estéril. Esta noción admite la existencia de una pluralidad de tiempos. Tiempo y vida se funden y forman un solo bloque, una unidad imposible de escindir.
Octavio Paz, El laberinto de la soledad

domingo, 11 de enero de 2009

Domingo



There is a town
Where I was born
Far far away
Across the sea

And in that town
Where I was born
I would dream
That one day
I would leave
And cross the sea

And so it goes
And so it seems
That God lives only in our dreams
In our dreams

And now I live
In this town
I walk these dark streets
Up and down, up and down
Under a dark sky
And I dream
That one day
I'll go back home

And so it goes
And so it seems
That God lives only in our dreams
In our dreams
Nick Cave

martes, 6 de enero de 2009

Lo que no necesita ser explicado

555 Son los muertos en Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí, el 27 de diciembre de 2008.
2.500 Son los heridos.
En Israel murieron 4 personas por cohetes de Hamas.

[¿QUÉ VAMOS A USAR PARA LLENAR
LOS ESPACIOS VACÍOS
DONDE OLAS DE HAMBRE RUGEN?]

domingo, 4 de enero de 2009

Todo está roto


Líneas rotas, cuerdas rotas,
hilos rotos, muelles rotos,
ídolos rotos, cabezas rotas,
gente durmiendo en camas rotas.
De nada sirve bailar, de nada sirve bromear,
todo está roto.

Botellas rotas, bandejas rotas,
enchufes rotos, puertas rotas,
platos rotos, piezas rotas,
las calles están llenas de corazones rotos.
Palabras rotas que nunca debieron ser pronunciadas,
todo está roto.

Parece como si cada vez que paras y das la vuelta,
algo más se cae al suelo.

Cortadoras rotas, sierras rotas,
hebillas rotas, leyes rotas,
cuerpos rotos, huesos rotos,
voces rotas, en teléfonos rotos.
Respira hondo, siente como si te ahogaras,
todo está roto.

Cada vez que me dejas y vas a algún lado,
las cosas se rompen en pedazos en mi cara.

Manos rotas sobre arados rotos,
tratados rotos, votos rotos,
tuberías rotas, herramientas rotas,
gente burlando reglas rotas.
El sabueso ladra, la rana croa,
todo está roto.
Bod Dylan, 1989

sábado, 3 de enero de 2009

La poesía

No considero que escribir sea un acto silencioso, introspectivo. Es un acto físico. Cuando estoy en casa, con mi máquina de escribir, me vuelvo loca. Camino como un mono. Me humedezco. Tengo orgasmos. En vez de inyectarme heroína, me masturbo catorce veces seguidas. Tengo visiones. Naves descendiendo sobre las pirámides aztecas. Templos. Así es como escribo mi poesía.
Patti Smith, 1977

jueves, 1 de enero de 2009

Temores


De hecho sólo hay unas pocas cosas que me asustan. Me da miedo ir andando un día por Los Ángeles y caerme a una alcantarilla y encontrarme allí abajo con quinientos músicos de bossanova en paro que van a tocarme "Garota de Ipanema" hasta matarme.

Tom Waits, 1976

viernes, 26 de diciembre de 2008

No todo es lo que parece


Como al coleccionista, al fotógrafo lo anima una pasión que si bien parece dedicada al presente, está vinculada a una percepción del pasado. Pero mientras las artes tradicionales de la conciencia histórica procuran poner en orden el pasado, distinguiendo lo innovador de lo retrógrado, lo central de lo marginal, lo relevante de lo irrelevante o meramente interesante, la actitud del fotógrafo -como la del coleccionista- es asistemática, de hecho antisistemática. El ardor de un fotógrafo por un tema no tiene relación esencial con sus contenidos o valores, con lo que lo hace clasificable. Es ante todo una afirmación de la presencia de ese tema; de su pertinencia (la pertinencia de una expresión en un rostro, de la disposición de un conjunto de objetos), lo cual equivale a la pauta de autenticidad del coleccionista; de su especificidad, las cualidades cualesquiera que lo hacen único. La mirada sobre todo ávida y tenaz del fotógrafo no sólo se resiste a la clasificación y evaluación tradicionales de sus temas, sino que procura concientemente desafiarlas y subvertirlas.

Susan Sontag, Sobre la fotografía

lunes, 17 de marzo de 2008

Lo eterno


Hay que apartarse decididamente del concepto de "verdad atemporal". Sin embargo, la verdad no es -como afirma el marxismo- únicamente una función temporal del proceso de conocimiento, sino que está unida a un núcleo temporal, escondido a la vez tanto en lo conocido como en el conocedor. Tan verdadero es esto, que lo eterno es en todo caso más bien el volado de un vestido que una idea.



Walter Benjamin, Libro de los pasajes

martes, 4 de septiembre de 2007

Green is the colour


Japhy y yo teníamos un aspecto curioso en el campus con nuestra ropa, y de hecho Japhy era considerado un excéntrico en el campus, cosa bastante habitual en esos sitios donde se considera raro al hombre auténtico; las universidades no son más que lugares donde está una clase media sin ninguna personalidad, que normalmente encuentra su expresión más perfecta en los alrededores del campus con sus hileras de casas de gente acomodada con césped y aparatos de televisión en todas las habitaciones y todos mirando las mismas cosas y pensando lo mismo al mismo tiempo mientras los Japhys del mundo merodean por la espesura para oír la voz de esa espesura, para encontrar el éxtasis de las estrellas, para encontrar el oscuro misterio secreto del origen de esta miserable civilización sin expresión.
-Toda esta gente -decía Japhy- tiene cuartos de baño alicatados de blanco y se llenan de mierda como los osos en el monte, pero toda esa mierda se va por los desagües y nadie piensa en ella y en que su propio origen está en esa mierda y en la algalia y la espuma de la mar. Se pasan el día entero lavándose las manos con jabón perfumado, y desearían comérselo escondidos en el cuarto de baño.

Jack Kerouac, Los vagabundos del Dharma

Lo peculiar de nuestro gran calabozo
es esta especie de terror por el bosque.
La risa nena no podrá
surgir a menos que te subas al árbol.
Luis Alberto Spinetta, Credulidad

miércoles, 22 de agosto de 2007

El tiempo (I)

Me empiezo a dar cuenta poco a poco de que el tiempo no es como una bolsa que se rellena. Quiero decir que aunque cambie el relleno, en la bolsa no cabe más que una cantidad y se acabó. ¿Ves mi valija, Bruno? Caben dos trajes, y dos pares de zapatos. Bueno, ahora imaginate que la vacías y después vas a poner de nuevo los dos trajes y los dos pares de zapatos, y entonces te das cuenta de que solamente caben un traje y un par de zapatos. Pero lo mejor no es eso. Lo mejor es cuando te das cuenta de que puedes meter una tienda entera en la valija, cientos y cientos de trajes, como Jaime mete la música en el tiempo cuando está cantando, a veces…
Julio Cortázar, El perseguidor

domingo, 5 de agosto de 2007

La historia de un fumador de hachís

...al que acaba de fumar hachís, Versalles se le antoja pequeño y la etenidad le sabe a poco. A estas dimensiones colosales que adquieren las vivencias interiores, al tiempo absoluto y al espacio inconmensurable, no tarda en seguirles una sonrisa beatífica, preludio de un humor maravilloso, mayor aún, si cabe, debido a la ilimitada cuestionabilidad de todo lo existente.

Walter Benjamin, Historias y relatos